sábado, 8 de febrero de 2014

Martingales, jugando con fuego

Es un proceso estocástico que consiste en multiplicar sucesivamente en caso de pérdida, una apuesta inicial determinada. En el momento de ganar la apuesta, el proceso se iniciaría de nuevo (wikipedia). 

En los juegos de casino, la martingala, es una estrategia que a largo plazo asegura la bancarrota ya que la expectativa de beneficio para el apostante en los juegos de casino es negativa.
Pero las apuestas no son un juego de azar ¿seguiría teniendo expectativa de bancarrota?
Pues bien, mejor que empezar a soltar parrafadas de lo bueno, lo malo, quienes las defienden y quienes no, simplificaré diciendo que tras leer y leer sobre el tema, los expertos defienden el uso de la antimartingala, que solo se le puede pasar por la cabeza a quien tenga un bankroll de narices y valor para aguantar una racha larga de apuestas perdidas y seguir jugándo y que aun así no es un buen sistema. Se podría decir que este sistema es menos malo si apostamos con value y más malo si lo hacemos sin value.
A todos se nos ha pasado la martingala por la cabeza, pondré un ejemplo de una martingala que me llamó la atención, pero que sigue sin merecer la pena, ya verán porqué.
La martingala solo tiene sentido a cuotas superiores a @2, si fueran inferiores, la siguiente las siguientes apuestas tendrían que tener un stake mayor para cubrir pérdidas y el riesgo de bancarrota se aceleraría.
Dicho esto, en la imagen aparecen las dos estrategias martingalas más conocidas.
A la izquierda tenemos la martingala clásica que consiste en una sucesión de números, que corresponderán al dinero apostado del bank, en el que se dobla la apuesta anterior para recuperar la pérdida. Vemos que la cantidad apostada (columna central) se dispara en el caso de no ir acertando apuestas.
En el caso de la derecha la sucesión de números por la que se multiplica la cantidad apostada la primera vez, es la sucesión de Fibonacci. Es una sucesión más conservadora, en la que con el mismo bank puedes realizar mayor número de apuestas, pero cuando se rompa la racha de apuestas no ganadas, el beneficio sería mucho menor.
En el ejemplo de la foto he tomado como cuota media @3,18 porque es la cuota que suelen rondar los empates en segunda división.
Supongamos que nuestra estrategia martingala se basará en coger un equipo (o dos) de segunda división (en la que el empate como vemos en la tabla es bastante frecuente) y apostarle al empate cada jornada. Lo ideal sería que ese equipo ya llevara un par de partidos sin empatar.

Pues bien, por muy atractiva que parezca viendo la tabla, esta temporada el Barcelona B, se ha tirado 11 partidos consecutivos sin empatar. Si empezaramos en la martingala clásica apostando 1 euro veríamos que hubieran pasado 8 jornadas, habríamos invertido 259 euros y sin obtener ni un solo euro de beneficio. ¿Seríamos capaces de jugarnos a la siguiente apuesta más de 500€?
Y eso si solo siguieramos la estrategia con un equipo solo.

En la martingala por la sucesión de Fibonacci podíamos aguantar hasta 11 jornadas con un bank de 259, pero, ¿merece la pena estar apostando más de dos meses al empate de un equipo para ganar 50€?
O en el caso de que solo fueran 5 o 6 jornadas de mala racha, en dos meses ganaríamos 4 o 5 euros. Y eso que la cuota es bastante atractiva.


Por ejemplos como este y por lo leido en la inmensa mayoría de foros y blogs, personalmente desaconsejo la martingala tanto en los juegos de azar como en las apuestas deportivas. Nos vemos en la siguiente entrada.






 



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